26 noviembre 2008

CXXVII

Ternezas que se le ocurren a uno


"Anhelo, los días de invierno cruel,
Cuando el cielo gris brilla de plomo
Escupiendo, vomitando tempestades sobre mí;
Esos días en que la mañana está dormida
Las gotas suicidas se estrellan contra las hojas,
En que el frío me quema hasta las entrañas
Y el viento se ríe soplando contra mi cara.
Dentro del autobús respiran cincuenta cadáveres
Empañando el cristal, borrando indolentes el paisaje.
Así se va hundiendo lentamente mi sentir
En ese profundo pozo de mierda dentro de mí,
Lleno de esperanzas frustradas, de sueños de mentira
De ilusiones muertas, de “debería haber sentido”,
Pero no.
Tanto sentir se pudre despacio, con calma,
Un poco más cada día y cada palabra
Hasta llegar a ser esa nada a la que abandonarse
Y así soñar bajo la lluvia de invierno,
Con una palabra, un beso, un abrazo.
Al despertar, la lluvia ya ni siquiera duele."